Los costos de importación y exportación pueden ser un desafío a inicios de año, pero una estrategia clave para optimizar gastos es el uso de almacenes fiscales. Estas instalaciones permiten almacenar mercancías sin pagar impuestos hasta que estén listas para su distribución o nacionalización.
En febrero, muchas empresas aprovechan esta ventaja para mejorar su flujo de caja y planificar mejor sus operaciones comerciales. Contar con un almacén fiscal bien ubicado y con altos estándares de seguridad garantiza la eficiencia en la cadena de suministro y el cumplimiento de normativas aduaneras.
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